diumenge, 10 de juny del 2012

Capitulo 63.

-Nosé, Niall...
Como estaba yo encima suyo, pude levantarme e ir hacia la puerta, pero se levantó rápido y vino corriendo hacia mí.
-¡Espera!
Me giré y lo tenía delante, a pocos centímetros de que nuestros labios se rozaran. Puse mis manos en su cuello mientras le acariciaba la nuca, él pasó sus manos acariciando todo mi torso hasta que rodeó mi cintura.
-Te quiero, Alice.
No respondí, solo sonreí y vi como Niall se acercaba haciendo que nuestras narices se tocaran, cerré mis ojos cuando sentí que la respiración de Niall ya se podía sentir por mis labios, y pasados unos desesperantes segundos finalmente mis labios se encontraron con la suavidad y ternura de los suyos. Él fue el primero en actuar y presionar su labio superior contra el mío, yo solo lo seguí sintiendo como nuestros labios se acoplaban como dos engranajes hechos a la medida. Con tacto y delicadeza me recostó sobre el colchón, yo cerré mis ojos y abrí mis piernas para que el pudiese recostarse sobre mí. Ya sabía lo que se venía y no podía estar más de acuerdo, en definitivita este era el momento perfecto y el lugar perfecto.
-No quiero que separes tus labios de los míos- Nos cubrió con una manta.
-No lo haré.
Él sonrió y se inclinó para unir nuestros labios. Cerré mis ojos para sentir la fregancia de su cuerpo, sencillamente olía delicioso, nos separamos un momento y llevé mi vista a sus ojos.
-¿Te he dicho que tienes unos ojos hermosos?
-No- Rió tiernamente.
-Pues te lo digo, tienes unos ojos hermosos.
-Gracias pero no hablemos de mis ojos.
-¿De qué quieres hablar?
-Esta noche no quiero hablar…

Volvió a besarme pero esta vez sus besos eran más suaves y pausados, era claro que quería hacer esto lento y sin prisa. Al fin Niall se decidió a dar el primer paso y metió sus manos por debajo de mi chaqueta, yo hice lo mismo y recorrí con ellas cada rincón posible de su espalda pero fui yo finalmente quien se decidió a quitar la primera prenda, comencé con su chaqueta morada y luego con su camiseta negra. Niall al parecer se sintió dominado ya que en seguida se deshizo de mi camisa, sus besos fueron bajando de mi boca hasta mi mentón y de este a mi cuello, parecía que en verdad fuese a devorarme el cuello ya que lo besaba tan gustosamente pero de todas maneras me encantaba el tener sus labios pegados a mi cuello, era sin duda una sensación nueva y deliciosa.
 -¿Quieres hacerlo tú?- Miró hacia sus pantalones.
-Claro- Sonreí.
Desabroché el botón y luego deslicé el cierre, hasta ahí todo fue fácil pero me costó el bajarlos. Sentí unas manos sobre las mías, alcé mi vista y Niall me sonreía mientras me ayudaba a deshacerme de los pantalones. Eso me enterneció, encontré tan dulce de su parte aquel acto que no me aguanté y luego de subir mis manos a su rostro lo besé como jamás lo había hecho. Este beso era uno que nunca había experimentado con Niall, esta era la primera vez que nuestras lenguas se encontraban y de verdad parecían amarse entre ellas. En poco tiempo más Niall se deshizo de mi short y tan solo quedábamos ambos solo en ropa interior. Me tomó por la cintura y con una sonrisa me inclinó para adelante, no logré comprender sus intenciones hasta que sentí sus manos por mi espalda intentando desabrochar mi sujetador.
-No vas a poder- Me burlé.
-Sí podre- Me besó.
Estaba en lo cierto, pudo hacerlo. Tirité al sentirme expuesta a Niall de aquella forma pero él se dispuso a no bajar su vista a lo que tenía expuesto y solo recostarme de vuelta en el colchón. Me besó tiernamente está vez en cuanto movía sincrónicamente sus pulgares a ambos costados de mis caderas.

-¿Estás segura de lo que estamos a punto de hacer?
-¿Tú estás listo?- Pregunté.
-Sí pero…
-Entonces todo está bien- Lo interrumpí.
-Quiero saber tu opinión.
-Siempre que tú estés listo yo también lo estaré.
-Te amo- Sus ojos brillaron.
-No vayas a llorar- Reí.
-No voy a llorar- Dio una carcajada y se restregó los ojos.
-Niall, no llores- Dije al ver que sus ojos se ponían llorosos.
-No me mires- Se cubrió la cara.
-¿Por qué estás llorando?
-No lo sé- Hizo sonar su nariz.
-Mírame.
-No.
-Vamos.
-No quiero que veas así.
-¿Por qué no? Son tan solo lágrimas.
-Sí pero…
-Pero nada amor, si no me miras acabaré llorado yo también.

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