Capítulo 54.

Narra Alice.
Me envió un mensaje, Niall, diciendo que me quería, pero yo me tenía que ir. De echo lo hice.

Un año después...
Fuí a Londres, durante ese verano, la banda había resultado ser un exito, y estabamos en una gran parte de sitios, en giras y tal, entré en ese estudio, no había estado ahí, desde, desde que pasó eso con Niall... ¿Qué será de él? Habían salido rumores sobre que estaba con una directioner, pero ya se sabe, son rumores, pero me dolían. Me acuerdo, del papel que le escribi. Espero que la casualidad, vuelva a encontrarnos. Me había contado Kath que Emma y Liam ya habían tenido la niña, una niña preciosa, y que cuando volviera por Londres les avisara, y que me vendrían a ver, pero no era un buen momento para volver a ver a Niall, la verdad... Era un día caluroso, muy caluroso, por Londres. Fuí paseando por todas las calles que conocía, hasta que me topé con nuestra casa, nuestra antigua casa, que ya no era nuestra, era suya. Miré a lo lejos por la ventana, y ví a la pequeña, jugando con su madre. Me señaló, y miraron ambas hacia la ventana, les sonreí. Emma se me quedó mirando, la sonreí, y me marché mientras a ambas nos caían lágrimas mejillas abajo. Me arrepentía de no haber entrado en casa, pero, ¿qué podía hacer? No quería ver a Niall con otra... Me llegó un mensaje; Estoy sola en casa, tranquila, ven si quieres, y tomamos algo. Un beso. Emma. Me giré y volví a casa, llamé a la puerta, y Emma me abrió, le sonreí, le dí dos besos, y pasé dentro. Nos sentamos en la mesa del comedor, y preparó dos cafés. Me acercó el café, me sonrió, y se sentó.
-¿Es verdad lo que dicen? ¿Que Niall está con una directioner?
-En realidad, esa directioner... eras tú.
-¿Yo? Pero, pero si... si cortamos hace tiempo.
-Volved. Tenéis que volver juntos.
-Ya sabes que entre Niall y yo siempre ha sido todo muy complicado...
-¡Porque vosotros sois complicados! Por eso os queréis...
Miré por la ventana, y le ví. Venía hacia casa.
-¡EMMA! QUE VIENE NIALL
-¿Y qué? Tío, que no es nada del otro mundo...
-PARA MÍ SÍ, ME VOY ARRIBA, CUANDO SE VAYA ME AVISAS. TE QUIERO.
Subí corriendo hacia arriba, me metí en la primera habitación que encontré, escuché como Niall abría la puerta, y saludaba a Emma y a la pequeña Caitlin. Ahora subía las escaleras, rezaba para que no viniera a la habitación dónde estaba yo, pero la suerte me abandonó. Niall abrió la puerta, y nos miramos.
-Vaya, hola Alice.-me dijo con una sonrisa.
-Hola Niall...
-¿Qué haces en mi habitación?.-dijo riéndose.
-Oh, ¿es tu habitación? Pues sí que ha cambiado...-dije mirando a mi alrededor.
-Han cambiado muchas cosas desde que tú te fuiste...-me dijo.
-No, tranquilo, si yo ya me iba, eh...
Cogí mi bolso y mi chaqueta y cuando me disponía a salir por la puerta, me cogió del brazo.
-No actúes como si nunca hubieses tenido sentimientos por mi.-me dijo.
-Lo único que me llenaba era tu sonrisa, y ya no está...
Al final pude deshacerme de su brazo, me apoyé en el pomo de la puerta, lo miré, y me fui de la habitación. Niall salió detrás mío, me iba siguiendo, salí de la casa, y Niall seguía siguiéndome.
-Te amo, Alice, nunca dejé de hacerlo.
-Nada está hecho para durar, Niall.
-Lo nuestro sí, ¿recuerdas?
-Estábamos enamorados, decíamos cosas absurdas. Quizás sí que pensábamos que era para siempre, pero resultó no ser así.
Yo seguía caminando.
-Espera, Alice...
-Niall, ¿QUÉ QUIERES?.-dije girándome y llorando como nunca.
Vino corriendo hacia mí, y me abrazó, como hacía antes, hacía que me sintiera completa, protegida.
-No llores...
-Es que yo ya no puedo más, Niall, estoy sufriendo, mucho, muchisimo. No puedo seguir así...
-No puedes seguir...
-Sin tí, no puedo seguir sin tí.
-Ni yo sin tí, Alice...
-Pero no puedo volver contigo, lo siento...
-¿Por qué?
-Porqué siempre he tenido ese miendo dentro de mí. ¿Te acuerdas de ese miedo que te expliqué? No puedo estar siempre con el miedo en el cuerpo sabiendo que hay muchas chicas más monas, más inteligentes, más, más todo que yo, y tengo miedo de que conozcas a una y te olvides de mí, y junto a mí, todo lo que hemos vivido juntos...
-No hay nadie más que tu, Alice, sabes que te amo, y que nunca dejaré de hacerlo.
-Eso no lo sabes...
-Sí lo sé. Por dios, deja de llorar, no puedo verte así.
-Pero es que no puedo más...
-¿Puedo?
-¿Qué?
-Que si puedo hacer una cosa...
-Hombre, depende...
-Por favor...-dijo poniendo morros.
-NO PONGAS ESA CARA. Vale, haz lo que tengas que hacer. ¿Qué quieres hacer?
-Esto.
Se acercó a mí, y bajé la cabeza, puso su mano en mi mentón, y lo subió, haciendo que le mirara a los ojos. Cogió mis brazos y los puso alrededor de su cuello, después puso sus manos en mi cintura.
-¿Puedo?.-me volvió a decir, pero ya era demasiado tarde.
Atraje sus labios a los míos, lentamente, haciéndole sufrir un poco, cerramos los ojos, hasta que nuestros labios se fundieron en un beso que parecía no tener fin. Otra vez esa sensación, esa sensación de volver a estar llena, de sentir que no me faltaba nada, de que volvía a estar a  mi lado, y esta vez, esperara que fuera para siempre.